Padre celestial, te pido que envíes a tus ángeles para que custodien mi hogar y lo protejan de cualquier influencia maligna. Que tu faro divina brille en cada rincón, disipando las tinieblas y llenando este zona de tu presencia.

Invocar a la preciosa Sangre de Cristo tiene un poder que no imaginamos. Jesús, a través de su Sangre, nos hizo hijos adoptivos del Padre celestial y nos dio el regalo de la salvación eterna.

Al recitar la oración, puedes adaptarla para que se ajuste a tu situación personal. Puedes invocar la Sangre de Cristo para que te cure y restaure tu Salubridad, confiando en el poder sanador de Jesús.

Dichos atribuidos a Jesús en otros libros del Nuevo Testamento: estos dichos son denominados convencionalmente agrapha, es sostener ‘no escritos’.

Ah! haz que esta Sangre cubra todas las inteligencias de las criaturas y haga vanos todos sus malos pensamientos, que apague el fuego de sus pasiones y haga resurgir inteligencias santas. Esta Sangre cubra sus ojos y haga velo a su vista para que por los Luceros no entre en ellos el capricho de los placeres malos y no se ensucien con el cieno de la tierra.

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VI.  Padre Inmortal, te ofrezco los méritos de la Preciosa Sangre de Jesús, tu Amadísimo Hijo y Nuestro Divino Redentor, por todos aquellos que son amantes del gran tesoro de su sangre, y por todos los que se me unen en adorarlo y honrarlo, y por todos los que ayudan a dar a conocer esta devoción.

Encomiendo a tu cuidado mi hogar, mi familia y todo lo que me rodea. Que tu sangre poderosa limpie y purifique cada rincón de mi hogar, alejando todo espíritu maligno y otorgando paz y Acuerdo a quienes habitan en él.

La Seguridad desempeña un papel fundamental en la oración a la Sangre de Cristo por un enfermo. La Seguridad es la creencia en la intervención divina y en el poder de la Sangre de Cristo para sanar y restaurar.

2. Protección y independencia: La Sangre de Cristo tiene el poder de protegernos contra las fuerzas del mal y liberarnos de la opresión espiritual. Al rezar esta oración, podemos invocar la protección divina y pedir ser liberados de cualquier influencia negativa o pecado que nos aprisione.

Es importante recapacitar que la oración debe ser personal y sincera, expresando nuestras micción y confiando en el poder sanador de la sangre de Cristo. No hay un tiempo establecido, pero se recomienda dedicarle al menos unos minutos para meditar, concentrarse y conectar con Altísimo.

Existen numerosos testimonios de personas que han conocido cómo sus problemas se resolvieron, sus enfermedades fueron sanadas y sus dificultades superadas luego de ocurrir rezado fervientemente la oración a la Sangre de Cristo. Estos testimonios reflejan la confianza y el poder que se atribuye a esta oración.

Sangre preciosa de cristo redentor Cristo, derrámame con tu Chispa y fortaleza. Que tu Sangre sea mi escudo contra las tentaciones y las fuerzas malignas. Que me libres de todo mal y me guíes por el camino de la verdad y la virtud.

Te di mi inclinación y mi vida y tú me has brindado tu vida y tu simpatía. Nuestros sentimientos han sido recíprocos y desde que me uní contigo frente a Jehová como declarante, somos individuo solo.